jueves, 21 de mayo de 2009

Ciencias Naturales
Universidad Nacional del Litoral
Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas
18 de Mayo
Glifosato: recopilan casos de malformaciones
Investigadores de la UNL evidencian los efectos que produce el glifosato, el agroquímico protagonista del modelo sojero, entre ellos problemas respiratorios, daños al sistema nervioso central y destrucción de glóbulos rojos en humanos, y la muerte de las células nerviosas que la cipermetrina, insecticida de amplio uso en nuestro país, provoca en los anfibios, una de las especies expuestas a riesgo ecológico. Próximamente también publicarán el primer trabajo en Sudamérica sobre malformaciones en ecosistemas agrarios.

Radiografías dorsales de los miembros posteriores de Leptodactylus mystacinus, mostrando la extremidad posterior normal (A) y anormal (B).


Nuevamente se disparó el acalorado debate sobre los agroquímicos, en especial el glifosato, y sus efectos en la salud humana. La difusión de informes que relacionan la actividad rural con una mayor incidencia de cánceres y malformaciones; la disputa que incluye tanto la legislación vigente como su efectivo cumplimiento, o no; sumado al fantasma del dengue y la demanda social de fumigar para controlar la enfermedad son todos factores que contribuyen a que hoy los plaguicidas estén en el ojo de la tormenta.

En este sentido, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral realizan evaluaciones de los efectos provocados en los ecosistemas relativas a la incidencia de agroquímicos tóxicos.
El glifosato es el herbicida que posibilita el modelo de producción sojero actual por su capacidad de eliminar todas las malezas. La pregunta es ¿a qué precio?

Aunque técnicamente es un ácido, se usa comúnmente en forma de sales. Su nombre comercial más conocido es el Roundup, del que existen varias formulaciones que se caracterizan por contener ciertos productos químicos tóxicos que reducen la tensión superficial de los líquidos, favoreciendo su disolución en agua, llamados “surfactantes”. Investigaciones advirtieron que el surfactante POEA causa daño gastrointestinal y al sistema nervioso central, problemas respiratorios y destrucción de glóbulos rojos en humanos. La principal molécula en la degradación del glifosato en ambientes terrestres es el ácido aminometilfosfónico (AMPA), también tóxico.

“Hace ocho años hicimos uno de los primeros estudios en Argentina sobre glifosato, que mostraba las malformaciones que podía producir sobre anfibios anuros -como los sapos y las ranas- y algunos problemas en el sistema branquial, al actuar sobre el esqueleto en formación de estos animales”, detalló a InfoUniversidades el doctor Rafael Lajmanovich, docente e investigador de la UNL y el Conicet.

Además, el glifosato puede contener cierto tipo de compuestos -N-nitroso- que son cancerígenos. También pueden formarse en el ambiente cuando el herbicida se combina con nitratos, que son parte esencial de los abonos. El compuesto químico formaldehído, que disuelto en agua es más conocido como “formol”, también es cancerígeno y resulta producto de la descomposición del glifosato. La agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) encontró que exposiciones a residuos de glifosato en aguas de consumo humano por encima del límite máximo autorizado pueden causar respiración acelerada, congestión pulmonar, daño renal y efectos en el sistema reproductivo humano.

Las investigaciones también analizaron los efectos de insecticidas de uso muy difundido en Argentina como la cipermetrina, que es de amplio espectro. Entre otras aplicaciones se emplea para controlar moscas y produce efectos tóxicos en mamíferos y el endosulfán, un organoclorado que fue prohibido en más de 50 países por su toxicidad. “Los anfibios expuestos a estas sustancias sufrieron apoptosis, es decir, muerte de células nerviosas, y daños en el material genético -genotoxicidad- en células sanguíneas, respectivamente”, indicó el investigador.

Algunos compuestos con fósforo también son investigados en el Laboratorio de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB-UNL). “Estamos trabajando con algunas enzimas que son indicadoras y cuantifican la exposición a agroquímicos fosforados. En este caso estamos hallando distintas evidencias a nivel de campo, porque encontramos animales cuyas enzimas están inhibidas. Esto indicaría que pueden estar potencialmente expuestos a plaguicidas fosforados”, continuó.

Dentro de esta misma línea de trabajo, que surgió hace unos 15 años, los expertos reúnen información referida a malformaciones en ecosistemas agrícolas con el fin de publicar una recopilación al respecto, que se convertiría en la primera en Sudamérica.

Monitoreo ambiental

Los anfibios son indicadores ambientales muy sensibles, que están expuestos a diferentes tipos de sustancias. “Son animales que están en riesgo ecológico, lo que quiere decir que tienen alta probabilidad de ponerse en contacto con sustancias químicas porque habitan en pequeños cuerpos de agua asociados o inmersos en sistemas agrícolas”, señaló Lajmanovich. A su vez, el investigador aclaró que el trabajo no se trata sólo de evaluar el efecto que se puede llegar a obtener desde un ensayo de laboratorio, sino que después "hay que tratar de buscar un correlato de ese efecto supuesto que uno logra en el laboratorio con una situación real a campo, eso es mucho más difícil”.

Lo que se encuentra en el trabajo de campo es algún tipo de evidencia, pero es muy difícil relacionarla con un efecto de un agroquímico en particular. “Lo que uno hace en el laboratorio es una simulación, para poder tener un modelo de estudio de cuál sería el efecto que se produce”, aclaró.

En el ambiente hay una conjunción tanto de compuestos como de factores ambientales -como puede ser el pH, distintos niveles de nitrógeno y otros- que hacen al ecosistema en su conjunto. “Es aventurado extrapolar ensayos de laboratorio a situaciones reales de campo. Pero sí se debe, luego, interpretar cuáles son las tendencias, tanto poblacionales como de la comunidad en su conjunto”, afirmó.

Los trabajos tuvieron lugar en la Escuela Superior de Sanidad de la UNL, el Instituto Nacional de Limnología (INALI) y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). El doctor Lajmanovich dirigió el grupo de investigadores de la UNL. Mientras que de la UNER participaron el doctor Víctor Casco y la doctora Fernanda Izaguirre.


http://infouniversidades.siu.edu.ar/infouniversidades/listado/noticia.php?id=687

http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-125322-2009-05-21.html

SANTIAGO DEL ESTERO

Por el uso de agroquímicos, nacen 100 bebés por año con malformaciones físicas

El presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos, Juan Tula Peralta, reveló hoy que se producen más de 100 nacimientos de bebés por año con malformaciones relacionadas al uso de agroquímicos como el glifosato. Las enfermedades que se presentan con mayor frecuencia son el cáncer de piel e inconvenientes en las vías digestivas y respiratorias.


Tula Peralta explicó a la prensa local que esos datos surgieron de una investigación que efectuaron sus colegas durante más de un año en el interior provincial. "En Santiago se producen más de un centenar de nacimientos con malformaciones al año por el uso de agroquímicos", aseveró el experto.

Sin embargo, aclaró que no es el único problema que afecta particularmente a los recién nacidos cuyos progenitores viven en zonas rurales, sino que tienen registrados unos 300 casos de personas vinculadas a la actividad productiva que presentan problemas de salud por manipular o haber sido rociados con agroquímicos.

La aplicación de glifosato, que es esencial para combatir las pestes en los cultivos de soja, se volvió común en la provincia debido al incesante incremento del área sembrada con esa oleaginosa.

Pero la denuncia pública tiene otro aspecto preocupante, que es la incidencia de los tóxicos en los menores de edad, dado que muchos de ellos colaboran con sus padres en las tareas rurales y a menudo se desempeñan como banderilleros, es decir, marcan con su presencia y banderas los lugares en los que las avionetas fumigadoras deben esparcir los herbicidas.

En ese sentido, Tula Peralta expuso su preocupación porque "como son chicos, no muestran de forma inmediata la sintomatología. Es un proceso que al cabo de unos años empieza a aparecer".

Asimismo, el ingeniero agrónomo recordó que anualmente se desechan entre 600 y 700 toneladas de envases plásticos que contenían los pesticidas, que al no tener un tratamiento como residuo peligroso, llegan a convertirse en potenciales contaminantes de suelos y del agua.

Fuente: Página 12

martes, 19 de mayo de 2009

OTRO DESALOJO CON TOPADORA




http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-125180-2009-05-19.html



http://orgazmika.blogspot.com/

LA PATOTA DE LA UCEP, CON APOYO POLICIAL, ARRASO CON UNA HUERTA COMUNITARIA

Otro desalojo con topadora

El predio, ubicado en Caballito, era un baldío hasta que fue recuperado por un grupo de jóvenes. Allí habían montado una huerta orgánica en la que participaban habitantes del barrio; con el argumento de “riesgo ambiental y sanitario”, fue desalojada de madrugada.

El predio de no más de 30 metros por 10, entre una calesita y la plaza Giordano Bruno, a la vera de las vías del ferrocarril Sarmiento, en Caballito, era la Huerta Orgázmika, un espacio en el que un grupo de jóvenes lograron, a través del cuidado de vegetales y producción de alimentos, recuperar un baldío y activar la participación comunitaria que surgió con el reverdecer de las agrupaciones vecinales en 2001. Luego de siete años y medio de vida, una patota de la Unidad de Control de Espacio Público (UCEP), apoyada por tres grupos de Infantería y más de 20 efectivos de la Policía Federal, irrumpió a las cuatro de la madrugada, desalojó el lugar y arrasaron con todo a fuerza de topadora. El predio, que pertenece a la Onabe, fue desalojado por decreto, argumentando “riesgo ambiental y sanitario”: había una bañera con plantas acuáticas donde podían criarse mosquitos, argumentaron en el gobierno porteño.

Con el predio ya perdido, y luego de una asamblea sobre la calle Rojas, a la vera de las vías, los participantes del proyecto, junto a miembros de agrupaciones que se solidarizaron con el grupo y algunos vecinos, recorrieron las calles del barrio porteño para “canalizar la frustración” que les provocó la pérdida. Dejaron para hoy el análisis sobre los pasos y la posibilidad de rearmar la huerta orgánica comunitaria en otro lugar. “Es terrible. Ahora ya no hay nada que se pueda mostrar”, lamentó Héctor Mendizábal, uno de los jóvenes que conforma el núcleo del colectivo que sostenía la huerta. Es que, si bien un grupo de no más de diez jóvenes son los impulsores del proyecto, las puertas de huerta estaban abiertas para todos. “Cualquiera se acercaba y podía participar”, aseguró Mendizábal, respecto no sólo de los trabajos de mantenimiento de la huerta, compuesta por más de 100 especies vegetales, sino de los talleres de cocina, permacultura y plantas medicinales que allí tenían lugar de lunes a lunes. La mayoría del grupo permanente vive a dos cuadras del predio. Llegaron al lugar en pleno desalojo, alertados por una vecina. “La despertaron los ruidos de las topadoras. Claro, si tiraron todo abajo. No dejaron nada”, reflexionó Nitai Riveli, una de las chicas que fue amenazada e insultada por los policías que destruían la huerta frente a sus ojos. “Nos amenazaban con que nos iban a llevar presos y nos gritaron que no teníamos derecho a nada. A dos compañeros los golpearon”, agregó.

Según Riveli, “no presentaron ningún papel” donde figurara una orden de desalojo ni las razones de ese procedimiento. “Una cita con funcionarios del Ministerio de Ambiente y Espacio Público y de la Defensoría del Pueblo para el jueves fue “la única respuesta e información que nos dieron. Al parecer, la Defensoría informó que la huerta era un foco de cría del mosquito que contagia el dengue, pero no nos explicaron del todo”, remarcó la joven.

Los jóvenes reconocieron entre el grupo de efectivos de las fuerzas de seguridad estatales al director general del CGP Nº 6, Marcelo Iambrich, con el que habían mantenido una reunión hace no más de 20 días: “Nos había dicho que no nos preocupemos. Que la atención estaba puesta sobre otra cosa y que no nos iban a sacar”, expresó Riveli. Desde octubre de 2008, un grupo de representantes de la Huerta Orgázmika venía manteniendo reuniones periódicas con él “en las que buscamos una solución al conflicto” que se inició con el intento de desalojo decretado por el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, en septiembre de 2008. Esa orden no prosperó en ese momento por la presentación de un recurso de amparo. “En los últimos encuentros nos habían prometido que iban a regularizar la situación, que íbamos a poder quedarnos con el lugar”, destacó Mendizábal.

Nada de eso parece que va a ocurrir. Desde el gobierno porteño explicaron que el procedimiento se basó en “informes del Instituto Pasteur y la Defensoría del Pueblo de la Ciudad en los que se alerta sobre riesgo ambiental y sanitario del lugar, donde existe una letrina, un horno y dos bañeras que eran utilizadas al aire libre”. Riveli confirmó la existencia de “un horno de barro, un baño seco y una bañera donde vivían plantas acuáticas. Todo cuidado por nosotros”, agregó mientras se preguntó qué clase de peligro sanitario podían englobar esos elementos. Fuentes del gobierno porteño remarcaron que el operativo “está respaldado por un decreto que autoriza los desalojos administrativos”.

Unas 400 personas recorrieron unas 15 cuadras, bailaron al ritmo de los tambores en Rivadavia y Acoyte, mientras los pasajeros de los colectivos insultaban para adentro y algunos vecinos apoyaban desde la palabra. “Animo chicos. Ya les vamos a pasar a ellos con la topadora por encima”, alentó una mujer que cruzaba Acoyte. Cuando volvieron, los esperaban pancartas, plantines y pequeñas fogatas, para darles cobijo durante la noche, que pintaba larga. Los policías los miraban detrás de las vallas, aburridos.

Informe: Ailín Bullentini.

viernes, 15 de mayo de 2009

Metales pesados y otros contaminantes en la MIEL

INFORME COMPLETO: http://www.inti.gov.ar/productos/pdf/informe_miel.pdf


Sociedad

EL 75% CONTIENEN TÓXICOS

Las marcas de miel analizadas por el INTI

08:10 |
15.05.2009
Puskella, Mendoza. Presencia de: fenoles, mercurio
Rodriguez Acacio, Mendoza. Presencia de:residuos de antibióticos.
Amici, Buenos Aires. Inadecuada información al consumidor.
La Anónima, Río Negro. Presencia de: mercurio.
El Zángano, La Pampa. Presencia de: mercurio.
Endumel, Mendoza. Presencia de: mercurio.
Alma Pura Presencia de: mercurio.
Mallines de la Costa, Neuquén. Presencia de: mercurio.
Santa Lucía, Buenos Aires. Presencia de: mercurio, residuos de antibióticos.
Bioway, Buenos Aires. Presencia de: mercurio.
Reinadina, Mendoza. Presencia de: residuos de antibióticos.
La Huerta Familiar, San Juan. Presencia de: residuos de antibióticos.
La Rinconada, Chaco. Presencia de: mercurio.
Reina de la paz, San Luis. Presencia de: mercurio y residuos de antibióticos.

Otras mieles analizadas:
Trebolar, Santa Fe
Jumbo, Buenos Aires
Alvear del Campo, Santa Fe
Vea, Mendoza
Establecimiento apícola Río Negro, Río Negro
Carrefour, Río Negro
Estancia La Elisa, Buenos Aires
Aleluya, Buenos Aires
La Cooperativa, Santa Fe
Cabaña Santa Brígida, Córdoba
Establecimiento Los Monjes, Chaco
Kybalion, Córdoba
Sabatini, Mendoza
Miel de la pradera, Chaco
Colmenares Mata, Tucumán
Bell’s, Mendoza
Coto, Buenos Aires
Establecimiento apícola El Edén, Córdoba
Gala, Córdoba
Hijos de Roberto Roberti, No informa
Estancia Las Quinas, Buenos Aires
Miel de Monte, Chaco
Dulci Bella, Entre Ríos
Reina Miel, Entre Ríos
Valenti, Córdoba
Néctar del Sur, Río Negro
Ecoop miel pura, Neuquén
Gran Mamá, Buenos Aires
Sweet Nature, No informa

jueves, 14 de mayo de 2009

Tartagal y los desmontes indiscriminados. ¿Donde esta la ley de bosques?



LOS NOMBRES DEL ALUD

Los negocios entre el barro

Funcionarios del gobierno de Salta, incluyendo a hermanos del gobernador, son dueños de las empresas de desmontes. Bibiloni autorizó cifras récord.

Por J. Lanata 15.02.2009

“Cuando llueve, el terreno no tiene absorción porque faltan las raíces de los árboles extraídos, entonces el agua drena y recorre libremente. O sea, si el agua no es consumida por la vegetación, se inunda”.

Eduardo Piacentini, del Departamento Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional.

Del tártago sale el aceite de ricino, llamado en el mundo “castor oil” (aceite de castor). Hace cuatro mil años lo usaban los egipcios como planta medicinal o combustible para sus lámparas, y sus hojas parecen una estrella dibujada por Miró, de puntas juguetonas y alargadas. Purgante y combustible, el tártago también se utiliza en cosmética para alargar las pestañas. Esta planta rústica y llena de estrellas sabe sobrevivir: se adapta con facilidad a distintos ambientes y tiene una gran resistencia a la sequía. Pero no sobrevivió a Tartagal. En Tartagal ya casi no quedan tártagos, y el equilibrio se rompió como una rama seca. Esta población de 56 mil habitantes vive sobresaltada desde su fundación en 1924: fue entonces cuando se descubrió petróleo, el 25% del total de la cuenca del país y alrededor del 16% de la producción de gas. Tartagal vivió entonces la quimera del oro hasta 1992, cuando Menem privatizó YPF y el 90% de la población de la ciudad quedó desocupada. En 1999, y en 2002, y en 2003, la rabia llegó a la calle y la ciudad se convirtió en un polvorín.

En 2006 el agua llegó a apagar el fuego, y Tartagal se hundió en el barro. Ya habían sido taladas 609.323 hectáreas, y todos se golpearon el pecho y dijeron que había que parar. Pero el entonces gobernador Romero, en su último año de gestión, mientras la Ley de Bosques se discutía en el Congresó, autorizó el desmonte de 478.204 hectáreas: una extensión similar a la de 23 (sí, veintitrés) veces la Capital Federal en un solo año. Muerte, grietas y barro después, la Presidenta reglamentó la Ley 26.331, sancionada el 28 de noviembre de 2007. El artículo 42 de la Ley de Bosques le otorga al Poder Ejecutivo noventa días para reglamentar la norma. Pasaron catorce meses hasta que Cristina se decidió a hacerlo. Ya era, claro, tarde. Pero el Gobierno insiste en que el hecho no debe vincularse con Tartagal.

NUNCA LO HICIMOS (NI VOLVEREMOS A HACERLO). Entre 2004 y 2007 la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de Salta convocó a 211 audiencias públicas, de las cuales 195 correspondieron a proyectos de desmonte. De esos 195 pedidos fueron aprobados 191; dos no llegaron a serlo por falta de tiempo para elaborar un dictamen y otros dos quedaron postergados para 2008 y tal vez ahora se frenen con la Ley de Bosques, que en Salta comenzó jugando en desventaja: pierde su partido 191 a 2, en el mejor de los casos. Si se analiza la distribución de permisos de desmonte según la zona, el departamento San Martín (al que pertenece Tartagal) está en segundo lugar en el ranking.

Secretaría de Ambiente de la Nación durante la gestión de Romina Picolotti revela que con Juan Manuel Urtubey en el poder, aliado K, se desmontaron en 2008 136.000 hectáreas, la mayor parte en el departamento San Martín, en Jujuy, Santiago del Estero y Chaco.

“La deforestación registrada –señala el informe fechado en noviembre– indica que se trata de uno de los procesos de transformación de bosques nativos de mayores dimensiones en la historia del país, siendo el avance de la frontera agrícola la causa principal (…) el reemplazo de los bosques por la agricultura se realiza principalmente para el monocultivo de soja”.

El segundo cuadro ilustra esa pérdida. Pocas tragedias han sido tan anunciadas como la de Tartagal: un informe elaborado por ingenieros de la Universidad Nacional de Salta en 2006, luego de la primera gran inundación, advertía sobre la inminencia de otras catástrofes. En su “Diagnóstico y evaluación de la cuenca del río Tartagal y área de influencia”, Claudio Cabral y Gloria Plaza aseguraban que en la cuenca alta “la cobertura vegetal ha sido alterada y modificada”, favoreciendo la erosión. “La vulnerabilidad de la cuenca del río Tartagal a nuevos eventos catastróficos es altamente probable que se repita”, concluían Cabral y Plaza. El estudio fue elevado a la municipalidad de Tartagal.

–Las causas fundamentales del alud –comentó a este diario Osvaldo Canziani, doctor en Meteorología, miembro del Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático, en referencia al último evento– son las lluvias intensas, características de la época del año, y el mal uso del suelo. La deforestación es un flagelo que tiene un conjunto de implicaciones graves, las que, directa o indirectamente, han contribuido a generar los desastres de Tartagal, la pampa húmeda y las inundaciones de Santa Fe en 2004 y Cañada de Gómez en 2000.

–¿Hay puntos en común entre este alud y la inundación de 2006 en Tartagal?

–No sólo los hay sino que la primera inundación ha agravado las consecuencias de ésta y las que seguirán debido a la exacerbación de los eventos extremos, entre los cuales no deben descuidarse las sequías proyectadas para el Noroeste argentino en este siglo XXI.

BUSINESS ARE BUSINESS.

En Salta muchos políticos juegan en el bosque: mientras se debatía en Buenos Aires la demorada Ley de Bosques, en Salta, en la diagonal de la escena, los hermanos del gobernador kirchnerista Urtubey crearon una empresa dedicada al desmonte. Facundo Norberto (46 años, director de la Agencia de Promoción de Salta, esto es, funcionario) y José Antonio Urtubey (34 años) crearon la firma JOFA, que tiene entre sus objetos sociales el de “explotar o administrar bosques, forestación y reforestación de tierras”.

Facundo ya tenía cierta experiencia en el área: a poco de asumir su hermano gobernador formó con otros socios la empresa agropecuaria Unapala SRL. El senador justicialista Alfredo Olmedo llevó sus intereses al recinto: el bautizado Rey de la Soja presentó un proyecto de “ley de ordenamiento territorial” que contemplaba seguir desmontando en la provincia cerca de cinco millones de hectáreas. Olmedo tiene varias denuncias por desmonte irracional y fue favorecido por Romero con la entrega de 320 mil hectáreas de tierras fiscales. Para no ser menos, el intendente de Tartagal, Sergio Napoleón Leavy, es, según confirmó a Crítica de la Argentina el secretario general de la CTA Tartagal, Diego Alcoba, “propietario de uno de los aserraderos más importantes de la región, y beneficiario directo de los desmontes masivos”. Leavy aparece desde 2001 ante la AFIP declarando que su actividad principal es la de “extracción de productos forestales de bosques cultivados”.

Los cruces entre política, soja y alud son inagotables: la familia Mochón, por ejemplo, desmontó 38.900 hectáreas y su “gestor” fue el ex diputado nacional, ex ministro de gobierno y conjuez de la Corte Suprema provincial Osvaldo Camisar. César Raúl Mochón es titular del Grupo Solanas y presidente de la Cámara Argentina de Tiempo Compartido, y el desmonte se autorizó en tierras para ganadería en la Estancia Ezrah, del departamento Rivadavia. Aníbal Caro, ex secretario de Empleo de la gobernación hasta 2007, preside la empresa Desafío del Chaco junto a Ernesto Pablo Casal: obtuvieron autorización para talar 10.420 hectáreas.

El gobierno salteño autorizó también el desmonte de 1.670 hectáreas a la firma Los Dos Ríos SA en los alrededores de Orán, que abarca parte de la selva de los yungas, una zona declarada Reserva Mundial de Biósfera por la UNESCO. Los Dos Ríos es de Mario Ernesto Gerala y el síndico es Julio César Loetayf, dos veces diputado nacional y hoy ministro de Desarrollo Económico de Urtubey. Gerala es un encanto: el pasado 22 de septiembre fue denunciado por reducir a la esclavitud a dieciocho peones de la etnia toba en la finca Abra Grande. Armani Agropecuaria tiene, por lo menos, un nombre elegante: pertenece a Silvio y Bruno Armani (no confundir con Giorgio ni con Exchange) y figura como aportante a la campaña de Cristina con tres donaciones de 15.000 pesos cada una, el 19 de octubre de 2007.

“Quería compartir con el conjunto de la Secretaría el logro institucional materializado en la fecha”, comienza un mail enviado a toda su Secretaría por Homero Bibiloni a las 17.02 del 13 de febrero. “Hemos reparado una deuda ambiental”, prosigue el ahora secretario de Ambiente, reemplazante de Picolotti. Bibiloni, el conmovido funcionario, es el funcionario que autorizó la mayor tasa de desmonte como subsecretario de Atilio Savino. Aunque, como se sabe, todo es siempre fruto de la casualidad.

Investigación: J L / Jésica Bossi.

Glifosato...una historia que no termina.

El 11 de mayo, en el programa de radio Espejos Todavía, emisión del Proyecto de Resistencias Populares a la Recolonizació n del Contintente, fue entrevistado el prestigioso investigador de la UBA y el CONICET, Andrés Carrasco, quien durante los últimos días ha sido víctima de una campaña de desprestigio y amenazas, luego de que diera a conocer los resultados de una investigación sobre los efectos devastadores del glifosato (herbicida) utilizado en la siembra de soja. Andrés Carrasco es profesor de embriología, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y director del Laboratorio de Embriología Molecular, y una trayectoria de treinta años de investigación científica con reconocimiento internacional.La campaña de presiones en su contra, comenzó cuando hace unas semanas difundió a través del diario Página 12, en una entrevista realizada por Darío Aranda, los primeros resultados de los efectos letales del glifosato en embriones anfibios, producido entre otros, por la multinacional “Monsanto” y que son comercializados bajo la marca “Roundup”.Los invitamos a escuchar y a difundir la entrevista, que se puede bajar libremente de la web de la Agencia Pulsar:

http://www.agenciap ulsar.org/ espejos.php



Espejos todaví
a. Un programa de radio producido en forma colectiva por el Proyecto de investigación y formación Resistencias Populares a la Recolonizació n del Continente. Cuenta con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo de Alemania

Espejos todavía se emite los días martes a las 17 horas (horario de Argentina/ GMT -3 h), por la radio comunitaria FM La Tribu de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Ver nota en www.pagina12.com.ar

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El país | Miércoles, 13 de Mayo de 2009

El Comité Nacional de Etica en la Ciencia recomendó crear una comisión para evaluar los riesgos del herbicida de la soja

Marche un estudio urgente sobre el glifosato

El Comité de Etica del Ministerio de Ciencia recomendó la “urgente” creación de una comisión de especialistas para analizar los efectos del herbicida estrella en la industria de la soja. Deberán ser científicos sin vinculación con empresas agroindustriales.

http://www.pagina12.com.ar/fotos/20090513/notas/na11fo01.jpg

El glifosato, fundamentalmente de la marca que produce Monsanto, es usado en la industria sojera.

El debate sobre el glifosato subió un peldaño. El Comité Nacional de Etica en la Ciencia y la Tecnología (Cecte) recomendó al ministro del área, Lino Barañao, la “urgente creación” de una comisión interdisciplinaria de especialistas para que se expida sobre los “posibles riesgos” del uso del químico estrella en el modelo actual de la agroindustria local. También pidió que los expertos convocados no tengan vinculación académica o económica (ni pasada ni presente) con empresas del sector. La recomendación del Cecte se produjo como consecuencia del debate que abrió la publicación en Página/12 de la investigación del científico Andrés Carrasco, que confirmó efectos letales del glifosato en embriones anfibios.

Carrasco, investigador de la UBA y el Conicet, había asegurado que hace un mes confirmó mediante ensayos de laboratorio el efecto devastador del glifosato en embriones, aun en dosis muy por debajo de las utilizadas en los campos de soja. “No descubrí nada nuevo. Sólo confirmé lo que otros científicos descubrieron y, sobre todo, lo que centenares de pueblos fumigados vienen denunciando”, remarcaba el investigador. Desde entonces, fue blanco de presiones de las empresas del ramo y sufrió amenazas e intimidaciones.
El 4 de mayo se reunieron los miembros del Cecte y ayer finalmente hicieron pública su conclusión. “Controversia acerca de posibles riesgos por el uso del herbicida glifosato”, es el nombre del escrito, de una carilla y media.
“El Comité Nacional de Etica en la Ciencia y la Tecnología recibió expresiones de inquietud relacionadas con la difusión periodística de trabajos de investigación realizados por el grupo del doctor Andrés Carrasco. Dicha información ha renovado la preocupación sobre los posibles efectos perjudiciales para la salud del herbicida glifosato, utilizado extensivamente en la Argentina, en particular en los cultivos de soja”, arranca el dictamen y considera más adelante que el debate abierto por las notas de este diario es “un tema relevante que da lugar a controversias éticas, afecta a la integridad en la investigación y compromete además las relaciones de la ciencia y la tecnología con la economía, la producción agropecuaria, la preservación del medio ambiente, la salud y el bienestar de la población”.
El texto recomienda al Ministerio de Ciencia conformar de manera “urgente una comisión de especialistas de la más alta jerarquía científica y técnica”, que sea interdisciplinaria y que realice “una evaluación científica y epidemiológica de las denuncias sobre los posibles efectos sobre poblaciones humanas”. Solicita que se analice la bibliografía posterior a la aprobación del agrotóxico, los experimentos de laboratorio sobre las consecuencias en la salud humana y la comparación con otros herbicidas. Y argumenta: “A nivel internacional y nacional existen tanto denuncias acerca de los efectos tóxicos del glifosato sobre humanos como bibliografía que demostraría su inocuidad”.
“Más allá de estas afirmaciones encontradas, los antecedentes de las grandes empresas productoras y comercializadoras del glifosato constituyen otro factor insoslayable en el análisis de la situación por la generación de intereses económicos entre los actores relacionados con el problema, dentro y fuera de la comunidad científica”, advierte el comité, integrado por Alberto Kornblihtt, Armando Parodi, Noé Jitrik y Aída Kemelmajer, entre otros, y coordinado por Otilia Vainstok.
No es la primera vez que el Cecte elabora un caso sobre temas controvertidos en los medios. El organismo considera “que uno de sus objetivos es contribuir a la construcción de una opinión pública informada” que permita a los sectores sociales involucrados “elegir responsable y democráticamente qué riesgos asumen y cuáles no”.
Tras la publicación de su investigación en este diario, Carrasco denunció haber recibido una amenaza telefónica y relató que representantes de la cámara del sector se presentaron en su laboratorio de la Facultad de Medicina. Mediante una carta pública, más de 300 investigadores e intelectuales nacionales y extranjeros, y referentes de organismos de derechos humanos repudiaron las amenazas sufridas por el investigador.
Ahora, el Comité de Etica recomienda convocar a investigadores provenientes de diversas disciplinas (ecología, epidemiología, toxicología, embriología, química orgánica, producción agropecuaria, ciencias ambientales, manejo de suelos, sociología rural y ética de la investigación científica) “que no hayan tenido ni tengan relación académica o económica con empresas nacionales o multinacionales vinculadas a la producción agropecuaria relacionada con el glifosato y la soja”. La comisión de expertos debería tomar en consideración:
- La necesidad de una evaluación científica y epidemiológica de las denuncias sobre los posibles efectos del glifosato sobre las personas.
- La bibliografía posterior a la autorización relacionada con el uso del herbicida en Argentina. Aquí, el comité aporta como referencia estudios de ambas mitades de la biblioteca: los que manejan las empresas del sector y los que señalan los efectos nocivos que produciría.
- El alcance de los experimentos realizados en laboratorio sobre las consecuencias en la salud humana.
- La comparación de los efectos del glifosato con los de otros herbicidas o agroquímicos de uso masivo.
- La posibilidad de promover investigaciones interdisciplinarias sobre el tema.
El comité propone que “en un plazo razonablemente breve” la comisión elabore un informe exhaustivo sobre los riesgos reales y potenciales del uso del glifosato.

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